Cuando se acercan las fechas navideñas solemos preparar algo diferente para obsequiar a la familia. Este año comenzamos con una mermelada de calabaza. Calabaza de Lanzarote, por supuesto.
La receta “a mi manera”.
En primer lugar hay que trocear la calabaza.
Ponerla en el caldero y añadir el resto de los ingredientes. Primero, la ralladura de naranja (en este caso de tres)…
… el azúcar moreno integral (pusimos un poco menos de la cantidad indicada para realzar el sabor de la calabaza: para 3 kg de calabaza 1,200 kg de azúcar)…
…mezclar bien…
… y añadir el zumo de naranja (3 naranjas).
Dejar reposar, al menos, doce horas y después poner al fuego con cuidado…
Mientras se va guisando hay que escachar los trozos de calabaza que quedan enteros, si hubiera.
Las mermeladas se hacen tradicionalmente de varias veces; guisas un día, una hora, por ejemplo, la dejas reposar. Al día siguiente vuelves a repetir la operación, y así tantas veces como sea necesario para coger el punto deseado. En este caso se hizo en tres días.
Hay que esterilizar los tarros reciclados, que tienen que estar muy limpios…
… y dejarlos secar bien sobre un paño.
Ahora toca llenarlos con la mermelada en caliente, casi hasta el borde. Si utilizas un fonil de cuello ancho es más fácil.
Se aprecia un color más oscuro al naranja tradicional por haber utilizado azúcar moreno.
Nuevamente se ponen a hervir los tarros (pasteurizar) bien cerrados, con un paño en la base para que no se golpeen entre ellos, durante unos 30 minutos, para hacer el vacío.
Los secamos y se dejan que se terminen de enfriar boca abajo.
Imprimimos las etiquetas en un papel adhesivo…
… y listo. No te olvides de poner la fecha de envasado.
Así quedaron los preparados del año pasado; algunos los presentamos con una blonda de tela anudada con un hilo rústico,…
… que iban acompañados con el listado de los ingredientes y la recomendación para disfrutarlos.
Un regalo muy personal para unas fiestas familiares. Aunque este año habrá algo que ya no será sorpresa: la mermelada de calabaza.