La Maretas de Montaña Blanca

Este gran volcán, de 596 metros de altura, se encuentra entre los pueblos de Tías y Montaña Blanca.

En esta ocasión no vamos a subir a la cumbre a disfrutar de sus impresionante vistas, como hicimos en 2018, sino llegar hasta donde se excavaron unos grandes depósitos que fueron construidos a finales de la década de los 50 del pasado siglo, en los que se recoge el agua de lluvia que cae en las laderas, que es conducida hacia los mismos por un canal abierto en la tosca de la montaña, que la circunda por la parte sureste.

Subimos por un sendero de cemento y piedras…
que después descubrimos que es por donde pasa la tubería que llevaba el agua hasta el pueblo de Tías.

En octubre de 1958 se aprobaron nuevos alumbramientos. Habían transcurrido dos años de sequía. Avanzaban los proyectos en diferentes poblaciones… El plan de obras contemplaba la construcción de diez aljibes para almacenar 4.160 en Tinajo, Yaiza, Uga y Mácher, la conducción desde Famara a Soo, el acondicionamiento de los aljibes de Guaticea y Montaña Blanca y la creación de una red de abastecimiento en Tías.

Francisca María Perera Betancort. Historia del Agua en Lanzarote.
Nos encontramos con dos grandes depósitos excavados en la montaña..
En uno todavía se encuentra la compuerta de madera.
En el suelo, como referencia del volumen del depósito, aparece una carretilla. La descubrí al procesar la foto (f/4, ISO 800, 0,5 ss).

El complejo de la Montaña de Guaticea, junto con el de Montaña Blanca, son obras singulares que posiblemente trascienden el ámbito insular. Durante la Guerra Civil y posguerra se realizaron gran parte de las obras que fueron ideadas por el ingeniero jefe de la Sección de Vías y Obras del Cabildo.

Francisca María Perera Betancort. Historia del Agua en Lanzarote.

(Estuvimos en el complejo de la Montaña Guatisea en 2018)

Los pueblos de Tías y Mácher al fondo.

El suelo pétreo que ofrecen las laderas hace que las aguas resbalen sin muchas piedras que las detengan o arenas que las filtre, aunque presentan coladeras. Una ingente obra de excavación creó enormes aljibes y largas atarjeas o canales —en rampa o escalones— que se practicaron para conducir el agua que discurre desde la cima.

Francisca María Perera Betancort. Historia del Agua en Lanzarote.
Lo que queda de un cartel informativo (?) “En altura todo es diferente”.
En total estado de abandono.

La evolución de la formación histórica ha dado lugar a una cultura del agua. Los ciclos de las sequías, que suelen ser de cuatro años, condicionaban a la población pues la diezmaban y la abocaban a la enfermedad, malnutrición, emigración o muerte. Si el aljibe familiar se agotaba, era obligado iniciar la búsqueda del agua… Las rutas del agua ofrecen itinerarios que se realizaron incontables veces por la población isleña para aplacar la sed. Hombres, mujeres, chinijos, jóvenes, animales de carga, ganados, realizaban peregrinaciones hacia los aljibes, las maretas, los pozos, las fuentes, etc.

Francisca María Perera Betancort. Historia del Agua en Lanzarote.

Con todas las necesidades y padecimientos sufridos por la población de la isla por la falta de agua a lo largo de su historia este post tiene que terminar, lamentablemente, con el mismo párrafo con el que finalizó el del Acueducto de Nazaret:

A pesar del poco tiempo transcurrido, todas las infraestructuras que se realizaron, pozos, túneles, aljibes, maretas, o como el complejo de la Montaña de Guatisea, que fueron importantísimas y que costaron muchísimo trabajo, en la actualidad se encuentran totalmente abandonadas.